Querido enemigo

Puedo ser una persona irreverente y quejumbrosa, puede parecer que voy a matar tan solo con la mirada, pero yo soy de los que prefiere no atacar. Una vez alguien intentó provocarme a una pelea en un callejón, me golpeó y me tiró al suelo, yo solo me levanté y seguí caminando, me volvió a golpear y simplemente seguí haciendo lo mismo. Soy de los que cuando lo atacan prefiere dar la espalda, no gano nada tratando de atacar a una persona. Reconozco ser una persona con muchos fallos, pero la violencia nunca será uno de ellos. No se si por eso merezco ser llamado cobarde, tal vez lo soy... pero tal vez prefiero ser un cobarde.

Tal vez leas esto, dirás algo inteligente y te reirás, y aunque yo siga sintiéndome un miserable no levantaré un solo dedo contra ti, querido enemigo.